

El encanto de lo artesanal
Explora mi colección de joyas artesanales, únicas y hechas a mano. Cada pieza está diseñada con pasión y dedicación, capturando la esencia de lo auténtico y lo bello. En Irma Joies, cada creación es una obra de arte que cuenta una historia, ofreciendo exclusividad y un toque personal.

Creaciones únicas
Esta joya, perteneciente a mi colección privada, nació durante una jornada especialmente significativa celebrada entre artistas de Premià de Dalt. En aquel encuentro, cada creador presentó una pieza destinada a dialogar con un vino concreto, buscando un maridaje entre materia y emoción. Fue un día de sensibilidad compartida, de creatividad que fluía sin prisa y de un ambiente cálido que invitaba a crear con autenticidad. En ese contexto inspirador tomó forma esta pieza.
Su diseño bebe directamente de la esencia de los viñedos: la plata se combina con rodolitos y peridotos que aportan tonalidades vibrantes, evocando la uva, la tierra y los reflejos que se descubren al observar una copa a contraluz. El baño de oro de 24 quilates abraza la pieza con un brillo sereno y sofisticado, realzando cada volumen con una elegancia discreta y equilibrada.
Cada detalle fue trabajado con atención minuciosa, respetando tanto la materia como la inspiración del momento. La pieza guarda la memoria de aquella jornada: un diálogo entre arte, vino y naturaleza que dejó una huella profunda en quienes participamos.
Aunque todas mis creaciones son únicas, esta posee un valor singular. No solo por su diseño, sino por el instante del que procede. Es una pieza íntima, creada para permanecer, y que invita a ser contemplada con la misma calma con la que fue concebida: despacio, con respeto y con la sensación de estar ante algo que cuenta una historia propia.
Me llamo Irma Pubill Monasterio. Mi historia en la joyería empezó después de estudiar en la Escuela Industrial de Barcelona. Mis primeros años profesionales transcurrieron entre Barcelona y Suiza, lugares donde viví y donde monté mi primer taller. Allí trabajé haciendo arreglos, restaurando piezas antiguas, creando encargos personalizados y atendiendo a clientes que confiaron en mí desde el principio. Fue también una etapa en la que empecé a compaginar el oficio con mi familia, que con el tiempo se convirtió en una parte esencial de mi vida.
Mi primera marca fue Mis Abalorios, con la que me moví por ferias y mercados y donde di mis primeros pasos mostrando mis creaciones al público. Más adelante seguí trabajando por encargo, formándome, probando estilos y explorando lo que quería que fuera mi trabajo. Durante un tiempo me centré sobre todo en mi familia, pero nunca dejé de crear, de hacer arreglos ni de mantener vivo el taller.
Cuando sentí que era mi momento, retomé el camino profesional con más claridad. Empecé creando piezas muy comerciales, hasta que comprendí que necesitaba volver a lo que realmente me mueve: trabajar cada pieza con intención, con calma y con un valor real detrás. Con los años he visto que la gente disfruta más cuando entiende cómo nace una pieza y qué significa crearla con las propias manos. Y así surgió la idea de abrir mis talleres creativos.
Estos talleres permiten vivir la experiencia del oficio: tocar el metal, moldearlo, dedicar tiempo a una pieza propia y llevarse un recuerdo único hecho con cariño, en un entorno tranquilo y bonito cerca del mar.
En esta nueva etapa, vuelvo a mis orígenes con Irma Joies y sigo creciendo con mi nuevo proyecto: Irma Atelier. Después de tantos aprendizajes, cambios y comienzos, sigo creando con la misma intención: compartir lo que sé, disfrutar del proceso y acompañar a quien viene a descubrir el valor de una joya hecha a mano.
La historia detrás de Irma Joies

Miradas al taller






















